Doble penetracion a mi esposa viciosa

Que tal amigos es la primera vez que escribo sobre doble penetración. Un relato que me gustaría platicar con ustedes de lo que le hice a mi esposa, este fin de semana. Le hice doble penetración y ya lo habíamos planeado entre semana. Bueno empiezo.

Yo llegué de la ciudad de México y ella me esperaba donde habíamos quedado. Nuestra fantasía de puta con cliente. La recogí en la calle, ella con una falda y una tanga negra y nos fuimos a la farmacia. Para comprar unos condones. Yo andaba ya caliente. Ella es grande, mucho pecho y caliente también.

Doble penetración a mi sumisa esposa

Y en el camino en el coche yo le metía la mano y a ella le agradaba. Llegando a casa nos dirigimos a la cama, le ordené que me diera sexo oral, y me la empezó a mamar.

Y así lo hizo tiene unos labios deliciosos, después hicimos un 69 y quería hacer mi fantasía realidad de penetrar a mi esposa por los dos lados. Yo quería darle doble penetración sin descanso, y que supiera lo que es bueno.

-Dame más cabrón, eso es todo lo que sabes hacer?-me decía ella.

A la muy puta le tenía que dar más, me lo pedía. Entonces ella se montó en mi gruesa verga, no muy larga pero bastante gruesa, tomé un condón y se lo puse a un plátano. Mientras la penetraba jugaba con el plátano en su ano, después le ordené que se parara y se la metí por el culito.

-Así, dame por detrás, méteme ese platano, tu verga es poco.

Me decía la muy perra, a ella le encanta por el culo. Tomé el plátano como de 18 cm y se lo metí por el ano, ella jadeaba ahora sí y le di con todo. Ahora sí que gemía de verdad. Necesitaba más el plátano que mi verga.

-Ahora si me entero cabrón con el plátano, y no con tu verga.

Era una doble penetración, a mi me excitaba verla tan guarra. Y mientras tanto, ella abría más las piernas para que le entrara entera. Tenía a mi esposa doblemente penetraba.

No sé si gemía de dolor o de placer, pero cuando le estaba dando con mi verga y el plátano, ella me dijo:

– Ay pendejo termine  en mi culo no se corte, venga, en mi culo cabrón!

 

Saqué el plátano y metí mi badajo gordo en su ano ya abierto. Me corrí dentro de su ano. La dejé dormida. Le planté un beso y nos quedamos dormidos. Hicimos la realidad de nuestra fantasía puta y cliente.