Día de fiesta en Las Palmas con Travesti

No sabía lo que hacer así que me decidí ir a Gran Canaria, las islas maravillosas, a Las Palmas en concreto. Me habían hablado muy bien de sus playas, MasPalomas la playa del cruising, del desenfreno, de las pajas entre arbustos, de las folladas a desconocidas.


Lo que no supe era que al final, conocería una de las mejores Travestis Las Palmas en Gran Canaria que nunca imaginé. Estaba en un bar tomando algo tranquilamente, cuando de repente se me acercó un pivonazo y me preguntó si estaba solo. Me quedé parado pues siempre estoy solo, pero nunca se me acerca una tía así. Le dije que estaba más solo que la una, y se quedó conmigo.

Como para olvidar el día Travestis en Las Palmas

Nos tomamos unas cervezas y el canalillo que tenía cada vez lo veía más grande y tus tetas también. Estaba dotada de unas tetas grandes, la cual cosa hacía que me calentara por momentos.
Ella me dijo que vivía cerca así que no rehusé la oferta y le dije, que sí, que fuésemos para alli. Cuando entramos en su piso, todo delicado y limpio, con su parket, muebles de diseño, y lo mejor de todo una cama nada más entrar, era de solo un ambiente y solo se veía cama.
Cuando me quise dar cuenta ella se estaba desnudando, y se estaba quitando lo de arriba. Tenía dos tetas grandes, le caían, y los pezones eran marrones fuertes. No me lo pensé dos veces y comencé a chuparlos. Ella disfrutaba, gemía, respiraba. De pronto noté algo duro abajo, no lo podía creer, pero quería comprobarlo. Bajé la mano, la metí por su pantalón vaquero, y cuando me quise dar cuenta estaba tocanto una polla dura.
Era una polla gruesa y caliente, bien dura. Me la quedé mirando y le dije, que si era un hombre. Ni me contestó porque notó que yo no separaba la mano de aquel miembro gordo y erecto. No tuve otra cosa que hacer que recrearme y seguir masturbando, aquella polla cada vez se hacía más grande. Noté un capullo gordo, más que el mío, así que lo envolví con mi mano, y noté que estaba pringoso, ella me dijo si me gustaba.

Travesti inesperada en una Gran Canaria soleada

La verdad, no pude mentir, me estaba gustando, notar aquella polla grande y pringosa, con esas dos tetas gordas.
Me dijo si quería hacerlo, le dije que nunca lo había hecho, pero que una paja si le podía hacer. Así que seguí masturbado. El travesti se echó en la cama sin prejuicios, y se abrió de piernas y entonces le vi todo el enorme aparato que tenía, un pollón enorme del travesti, así que seguí pajeándolo, me dieron ganas de acercar mi cara. Me dijo que quería chupar, como me vió dudoso, me agarró la cabeza y me acercó, empezé a chupar la punta gorda, era grande y yo se la estaba mamando. Él se abría más las piernas para faciliarme la mamada, y le veía los huevos gordos. Notaba como se endurecía más a medida que yo mamaba, empecé a notar gemidos fuertes, y cuando me quise dar cuenta, se estaba corriendo y descargando encima de mi cara. Me miró con displicencia, una de las más exquisitas Travestis Lanzarote y con descaro, me dijo que me fuera, por hoy, ya había tenido suficiente. Y hoy, aún espero que me vuelva a llamar.