Climax sutra y masajes eróticos de vicio

El vicio no es de ahora, viene de de muy lejos. Con un origen etimológico muy claro, del latín vitium, defecto físico, y ha transcendido hasta nuestros días como una falta de conducta, carencia de moral y mucho que se sale de lo normal.
Ya había vicio tiempos atrás, como así indica una de las portadas de la ilustrada y didáctica revista climax. Vicio con Fernando Esteso, Fedra Lorente «La bombi» para todos aquellos que no la conozcan (Del «Un, dos tres»), y Manolo Calatrava, humor y erotismo unidos por el mismo hilo. Y así surge, el climax sutra, una opción similar al kamasutra pero llegando a lo más alto de la cima.
Mujeres exuberantes y explosivas en fotos grandes que ya provocaban infinitos deseos en el siglo pasado; actrices del momento, el destape de la transición, y a partir del 1975 llega la liberación. Con la caída de la dictadura, y una expresión más liberal, las mujeres se llegan a destapar.

Viciosillos de pornografía y cine porno español

Así con revistas como Climax, o películas como Los chulos, Los bingueros, Viciosillos, El mirón, La visita del vicio, El sexo está loco, Adulterio nacional, El periscopio, La frígida y la viciosa, Gemidos de Placer, Laberinto de pasiones y Pasión prohibida con Bragas calientes a la cabeza, con todas ellas, se rompen los moldes: se crea un nuevo pastizal.
Muchos más títulos liberaban a todo aquel, que atado en prejuicios y tapujos, no había podido ser él. Ahora «Yo soy aquel» con Raphael y Julio Iglesias en sus fulgurantes inicios.

Ya se empezaba a notar el calor y mujeres esplendorosas como Silvia Tortosa, Agata Lys, Bárbara Rey, Victoria Vera y muchas más se destaban en la pequeña y gran pantalla; se desnudaban en «La trastienda» con el felpudo de la Cantudo al descubierto: el incio del destape español.
Por todo ello, aquí un recuerdo por el inicio de la liberación, del desenfreno y del vicio sin final. Hoy todo eso es un aperitivo y suena a chiste. Solo hay que echar un vistazo a las más rabiosa actualidad y las más recientes estadísticas oficiales. Donde se observa con absoluta rotundidad, hasta dónde el vicio, no vinícius, puede llegar. La sociedad española, los primeros de europa en consumo de pornografía a edades muy tempranas, gracias a los móviles regalados a niños menores. Y luego se quejan. Todo un arma de destrucción masiva y una inocencia precozmente perdida, sin remedio e irreparable, lesiva y completamente destructiva.

El vicio presente en nuestros días, en discoteca, ejemplo de lesbianas y una dominante en los servicios.

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